El estrés, parece que se ha convertido en nuestro compañero de vida y eso no es malo, pero llevado a un extremo nos perjudica muchísimo.
Hay que entender bien el rol y la necesidad del estrés para no confundirnos.
Según los últimos estudios hay dos tipos de estrés;
-Eustrés o estrés positivo, es el que necesitamos todos para avanzar, crecer, defendernos, es el que nos da el impulso, evolucionar, asumir y afrontar nuevos retos.
Este es el que nos da el estímulo necesario para salir de nuestra zona de confort y aprender cosas nuevas para poder llegar a la realización personal, para descubrir y cumplir nuestros sueños.
– El distrés o el estrés negativo es el estrés prolongado, el que nos hace vivir en un estado de alarma permanente, nos impide recuperarnos y es muy perjudicial a todos los niveles.Es el que la mayoria de las personas asocian con sentirse estresado, abrumado, ansioso y que nos lleva a padecer síntomas físicos y psicológicos como insomnio, falta de atención y concentración, dolores de cabeza, tensión incluso muscular, cansancio y alteración del estado de ánimo, etc.
Cuando el distrés es frecuente, intenso y prolongado se relaciona directamente con enfermedades físicas y trastornos psicológicos, pero además nos impide tener una vida plena y satisfactoria.
Resumiendo hay que asumir la existencia constructiva de un mínimo grado de estrés y hacer la diferencia con el distrés para que así, podamos controlarlo.
Aquí empieza la función de la terapia.
En hipnosis evolutiva te ayudamos a distinguir y limitar los dos tipos de estrés, a utilizar tus recursos para disminuir y eliminar el distrés.
A través de la hipnosis clínica y la terapia cognitivo conductual se consigue procesar de manera correcta y serena lo que ocurre alrededor, se consigue desactivar esta alarma de peligro permanente y de anticipaciones fatídicas y se corrigen las autoreferencias (autovalor, autoconcepto, autocontrol) y se eleva la autoestima.Todos estos cambios en la imagen referente que el paciente tiene de él mismo, hacen que el comportamiento cambie también.
Respondemos con estrés y angustia o nerviosismo porque percibimos los acontecimientos como peligros inminentes, cuando en realidad están muy amplificados y además muy poco probables.Cuando cambia nuestra percepción del entorno, como consecuencia cambia también la manera de interactuar con él, cambia nuestro comportamiento porque ya no vivimos con esta tensión de una amenaza permanente.
Es una terapia con muy buenos resultados y muy benéfica para el paciente.
Al dejar de percibir la realidad con miedo y estar siempre a la espera de las amenazas, empieza a interactuar de forma totalmente diferente y se da cuenta de su capacidad real de cambiar su vida … .su realidad no cambia, pero su forma de vivirla…totalmente!!